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lunes, 22 de junio de 2015


El Club Argentino de Rugby continúa realizando obras y ya suma más de 300 jugadores en distintas categorías.

En Avellaneda se vive el fútbol como en pocas ciudades del país. Pero hay otro deporte que tiene cada vez más seguidores y cuya pasión se exterioriza día a día. En los partidos, en los entrenamientos, en las reuniones de amigos, en los encuentros de dirigentes: el rugby.
 En nuestra ciudad, el Club Argentino de Rugby crece lenta pero sólidamente gracias al trabajo de un grupo de jóvenes dirigentes, quienes al hacerse cargo de los destinos del club, en lugar de pretender empezar desde cero, tomaron lo mucho y bueno realizado por las generaciones anteriores como plataforma desde donde revitalizar lo social y lo deportivo.
 El club, cuya comisión preside actualmente el abogado Rodrigo Reymondes, ha puesto manos a la obra en ejecuciones concretas y deja volar la imaginación y la creatividad en búsqueda de un futuro, que hoy todavía está en etapa de proyectos, pero que con su realización convierta al CAR en un club donde se juegue al rugby y más.
 Actualmente el equipo de la división superior juega en la tercera categoría de los torneos organizados por la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA). Aquellos que juzgan el suceso solo por los resultados deportivos, podrían pensar que no hay motivos para entusiasmarse. Sin embargo, la visión actual es que los logros llegarán no solo por el desempeño de los jugadores, sino por el compromiso y la participación de todos en los destinos del club.
 Una recorrida por el predio ubicado en la calle Eva Perón 1430, a 300 metros del Alto Avellaneda, permite ver a las dos canchas en perfecto estado – una de ellas iluminada – el amplio salón de reuniones que se usa para los terceros tiempos con los equipos rivales, con su flamante techo construido con la inestimable ayuda de la Municipalidad de Avellaneda; la sala de reuniones de la Comisión Directiva; el nuevo bar y restaurante; el departamento médico, dotado con lo necesario para la atención de primero auxilios; el gimnasio equipado con numerosos aparatos y elementos; y los vestuarios realizados a nuevo.
 El CAR tiene por primera vez en sus 38 años de existencia un jugador que integra los planteles de las distintas selecciones de la Unión Argentina de Rugby (UAR).
 Es Mariano Filomeno, “el Ficha”. Su nombre hará que el CAR ya no sea exclusivo patrimonio de Avellaneda sino que se codeará con los distintos clubes que tienen muchos más años de trayectoria en este deporte y están acostumbrados a contar con integrantes de sus planteles en Los Pumas y distintos equipos representativos del rugby argentino.
 La UAR, desde hace pocos años, viene transitando una apertura para lograr que el rugby de nuestro país tenga más competencia en distintos tipos de torneos internacionales, por lo que asiduamente clubes extranjeros y selecciones de otros países visitan el país. La cancha del CAR es la que está más cerca del Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires y con las obras que se hicieron y las que se planean concretar, los dirigentes sueñan con recibir en su predio a algunos de los equipos visitantes en alguna ocasión venidera para realizar sus entrenamientos.
 Pero no es el único sueño. Relanzar en el club la práctica del hockey femenino es otro de los proyectos para lograr la integración de las familias. La actividad social también ocupa la atención de los dirigentes, y el sueño de tener una pileta en el predio sería un elemento convocante para los jugadores, familias y amigos.
 Claro que tanto crecimiento tiene una limitación. El espacio físico. El CAR necesita imperiosamente contar con más lugar para poder llevar a cabo tan ambiciosos proyectos. Actualmente, el club tiene más de 300 jugadores en las distintas categorías donde participa y casi mil socios que pagan su cuota societaria. El espacio es el oxigeno indispensable.
 La gran apuesta al futuro se la puede observar cada sábado por la mañana. Allí juegan y se divierten “los mosquitos”.
 Más de 70 niños de 4 a 8 años que corren atrás de una pelota de rugby riéndose, tirándose al piso, sintiéndose Pichot, Hernández o el Ficha.
 El CAR atraviesa uno de sus mejores momentos, a pesar de lo que los “resultadistas” puedan pensar. El ascenso a segunda división es un objetivo para este año, para el que viene o cuando sea. El crecimiento de la institución es una prioridad indetenible que se sustenta en los dirigentes, jugadores y en todos aquellos que con su participación alimentan la pasión por el rugby y el cariño por el club de nuestra ciudad.
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Written by Lovely

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