La reacción de la oficial Galarraga, en la sede de la policia local (Cpc Avellaneda), quien disparó 4 tiros contra su ex pareja y luego se suicido de un tiro en la cabeza, desató una avalancha de dudas sin respuesta sobre la verdadera capacitación del personal policial.
Otro hecho que conmocionó a la opinión publica fue el balazo en la cabeza, que un novato policía , le efectuó de manera accidental a un camarada en Villa Gesell, lo que argumenta la falta de una buena capacitación de los uniformados.
En breve la Policia Comunal debutará en Avellaneda , pero la grave denuncia de un aspirante- Braian Daniel Papanicolas-, pone en tela de juicio la verdadera calidad en la capacitación, ya que denunció adoctrinamiento de "La Campora", a los nuevos policías Avellandeneses que saldrán a partir de marzo a las calles.
Un serio problema que agudiza la crisis de seguridad es la escasa e inadecuada formación de nuestros policías, lo cual suele impedir que los agentes logren desplegar una eficiente actividad para prevenir y combatir el delito.
Además, puede llevar a que los policías tengan reacciones absolutamente inadmisibles e irracionales, agravando con su intervención el mal que presuntamente intentan evitar. si bien la capacitación de los agentes es insuficiente en prácticamente todas las fuerzas policiales del país, algunas de ellas brindan ejemplos alarmantes y escandalosos de impericia.
Sin duda que la Fuerza que ofrece el cuadro más preocupante es la Policía Bonaerense. Ella tuvo una oscura actuación durante la toma de rehenes en Villa Ramallo que precipitó el trágico final, y durante los últimos años muchos de sus miembros protagonizaron numerosos actos de inconducta e impericia.
Un jefe del área de capacitación de la Policía Bonaerense, Vicente DAmbrano, señaló que había detectado un nivel notable de incapacidad en algunos hombres de la Fuerza.Días atrás, un fallo de un tribunal de San Martín también consideró que la Policía Bonaerense prepara deficientemente a sus miembros. Este pronunciamiento fue dictado en un caso de gatillo fácil ocurrido hace un año, cuando un agente mató por la espalda a un joven de 22 años. Si bien el fallo acierta en la caracterización de la formación policial, se equivoca al estimar que ello podría considerarse como un atenuante para el policía que cometió el homicidio, y parece obligar a reflexionar acerca de la responsabilidad de la institución, que deposita a personas armadas y sin suficiente capacitación en la vía pública.
Y en lugar de servidores de la polis, vale decir, de la comunidad, suelen ser personas inexpertas y sin una clara adhesión a una ética legalista.Obviamente, la mala capacitación les impide cumplir bien su función, y ello causa perjuicios a la ciudadanía y, también, suele incrementar los riesgos de los propios policías en su labor. Pero no es suficiente concebir la capacitación policial como una mera práctica de tiro; la capacitación debe incluir el desarrollo de una cultura de servicio, de comunicación con los vecinos y, fundamentalmente, de respeto a la legalidad.La crisis de seguridad afecta a nuestra sociedad y tiene causas muy profundas; algunas, como la pobreza y la marginación, son muy difíciles de revertir en el corto plazo. Pero sí es posible actuar con mayor rapidez en cuestiones de importancia, como la mejora en la capacitación de las fuerzas de seguridad.
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